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sábado, 20 de marzo de 2010

De otra categoría

Estudiantes liquidó a Atlético con oficio, jerarquía y un Boselli genial que jugó también para Boca: hundió a los tucumanos y los dejó bien en el fondo de la tabla.


No hay que darle mucha vuelta al asunto. No hay sistema que aguante, cambio que pueda torcer el rumbo de esa máquina. Estudiantes, salvo que esté con poca inspiración, es más, mucho más que Atlético Tucumán. De un lado, los campeones de América: Verón, Boselli, Braña, Gastón Fernández... Del otro, nueve titulares que lograron el ascenso con el equipo norteño. Los otros dos, un juvenil More y un Gigliotti con poco rodaje.

¿Se puede?

Así no se puede.

Y por eso, aunque Mario Gómez se agarre las canas, piense e intente meterle mano al banco para pegar el zarpazo, aunque Pezzotta se equivoque una, dos o tres veces en contra del Pincha, aunque Azconzábal meta la cabeza para empatarle a su ex equipo, Estudiantes iba a ganar. Y ganó. Ganó bien. Y cortó una serie de ocho partidos sin triunfos como visitante (tres empates y cinco derrotas) en la Argentina.

Si no está desconectado, el engranaje de Estudiantes funciona. Se mueve en bloque, defiende bien, se muestra aguerrido, juega a ras del piso, toca la pelota de un lado al otro y golpea, vaya que golpea. Tener a Boselli dentro de la cancha es una ventaja: juega dentro y fuera del área. En el rectángulo, fuerza penales, los convierte, elude arqueros y asiste. Lejos del arco, aguanta la pelota, baja lo que le tiran por arriba y corre para colaborar en la recuperación. Con los dos gritos de ayer, el ex Boca quedó con siete goles: es el goleador del Clausura. Y le dio un alegró al equipo de Alves, ya más lejos de quedar último...

Verón, aun sin las mejores luces y sin tanto recorrido por la cancha pesada, es todo un servidor: de pelotas al pie, de pases gol. Pero la mayor practicidad en el medio la aportaron Enzo Pérez y Sosa. Cada uno por su costado, fue punzante, inteligente, cerebral. Parece que lo de la Brujita es contagioso...

Pero no se contagia Atlético, que necesitaba una victoria en casa no sólo por los tres puntos: anímicamente, el Decano está en descenso directo. Estudiantes, a tres puntos de Independiente, demuestra lo que sus jugadores decían en la previa: que quiere ir por todo, que quiere pelear la Copa Libertadores y el torneo local. Puede.

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